HABLAR DE TACOS ES…

México. País conocido en el mundo por su infraestructura turística y sus miles de paisajes. Flora y fauna; cultura, tradición y costumbres que han trascendido a cinco continentes. Pero hay algo que rebasa el posicionamiento del país Azteca: su gastronomía con herencia ancestral y el producto más famoso del mundo, aquel que se consume en Japón, París o NY. El taco. 

Un producto ultra conocido y admirado que tiene la facilidad de integrarse en la cocina más popular -desde una calle o un mercado- e integrarse en el menú de muchos restaurantes fine dinning del orbe. Uno de los platos más populares, admirados e imitados que existen en el universo gastronómico a todos los niveles. 

La palabra “Taco” proviene de la palabra náhuatl “tlahco”, que significa “A la mitad o en medio”, refiriéndose a la forma en la que la estructura de este alimento está conformado. Se dice que fue creado en el México prehispánico. Se tienen dos referencias de esta época: la primera es del emperador Moctezuma, quien utilizaba de cuchara las tortillas hechas en piedras calientes, formando algo parecido al taco que conocemos hoy en día; la segunda es la forma en cómo enviaban la comida a los hombres, que trabajaban en el campo, con la comida envuelta en tortillas. 

Cientos de interpretaciones alrededor del mundo se han creado en torno a este platillo mexicano que le rinde un tributo al legado de México a través del maíz y un legado culinario que de formas múltiples se encuentra ligado a la tortilla. 

En la ciudad de Mérida existe un lugar que te transportará a través de sus sabores y texturas, por un legado culinario realizado con respeto y eficacia. Es un viaje en el tiempo por el mejor híbrido de nuestra cocina mexicana. El lugar se llama Valhalla y se encuentra localizado en una de las zonas con mayor impacto comercial de la ciudad: la zona norte. Allí converge un lugar despejado de cualquier adorno innecesario, como si fuera la antesala de lo que vendrá después. 

El efecto de la experiencia gastronómica es inmediato. Uno siente que se encuentra en un lugar donde se respeta cada ingrediente a la perfección. Conocer Valhalla es hacer un viaje en el tiempo, justo en el desarrollo de un plato tan emblemático, conocido y venerado. 

Muchos negocios en el ramo de la industria gastronómica se centran en darle importancia al concepto, dejando atrás, formado en segundo lugar a la estructura más importante que hace que visitemos un sitio por su principal característica, la experiencia de comer bien. En Valhalla ocurre justamente esa raíz: la de rendirle un tributo a los ingredientes para dejar que sea la comida, por sí misma, la que haga volver -como a los vikingos- al sitio soñado.